miércoles, julio 19, 2006

Encuentros en el jardín subterráneo


Amanecí temprano. El viento golpeando mi ventana. Mi visión no era buena pero juro haber visto esa sombra cruzar de una habitación a la otra.
Tranquilo pero con mucha curiosidad abrí la puerta del ático. Bajé la escalera, tomé la cámara, algo me llevaba detrás de los armarios viejos. Confundido por esa fuerza que me atraía encendí la cámara, la apoyé y comencé a correr los viejos muebles con impaciencia.
Allí estaba. Era la entrada de un túnel que jamás había visto. Linterna en mano comencé la búsqueda paranormal, mi cabeza no sabía bien aún qué se buscaba y me detuve para volver.
Escuché una carcajada que retumbaba en el túnel.
-Intentas asustarme?-pregunté con voz firme y decidí seguir caminando.
El aire era denso y estaba bastante oscuro, el camino se bifurcaba. La batería de mi cámara comenzaba a agotarse. -¿Ahora por dónde?-me dije.
Nuevamente sonó una risa lúgubre desde el camino derecho. Comencé a correr ansioso de encontrar algo nunca visto, pisando cucarachas, ratas, y lo que se cruzara por el camino.
De pronto se oyó una música tranquilizadora y al acercarme más y más el destello de una luz me hizo cerrar los ojos.
Cuando pude volver a abrirlos encontré un jardín debajo de la ciudad.

-¿Cuáles son tus preguntas ahora?- me preguntó un espectro verde fluorescente.
-Aún no asustado pero sorprendido- alcancé a decir- ¿cómo sabés lo que estoy pensando?-
-Simplemente lo sé. Con el tiempo entenderás. - respondió enigmáticamente.

Continuamos conversando largo tiempo. Al volver a la superficie comprobé que la cámara no había registrado nada.


Adrián Fritzler




la imagen es un detalle de un cuadro de Pieter Brueghel

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